Nuestra historia
Muchos clientes, cuando llegan a nuestro camping, se dan cuenta que nuestro acento no es el que esperan escuchar en esta tierra. Entonces les contamos que venimos del País Vasco y llevamos poco tiempo viviendo en Salamanca. Después siempre surge la curiosidad de saber por qué decidimos irnos a vivir al medio rural.
Nuestra vida en el asfalto
La idea siempre volaba sobre nuestras cabezas: parar, dejar de correr de un lado para otro, ser conscientes. Pero da igual, eres ese ratoncillo que da vueltas y vueltas en una rueda. Te mueves, corres, parece que haces algo, pero no avanzas, vas tan rápido que no ves lo que hay a tu alrededor. Y si tú mismo no paras tarde o temprano hay algo que lo hace por ti. Una enfermedad, un accidente, una pandemia…
Hay momentos en los que vives para trabajar y te pasas el día pensando en el descanso del fin de semana. Transcurren las semanas mientras añoras las vacaciones. Si el domingo por la tarde te supone una cuesta arriba puedes entender esa situación.
Se nos estaba yendo la vida en añorar. Echando de menos algo que estaba a nuestro alcance. Sólo había que darse cuenta de ello y hacer algo para cambiar la situación.
Y llega una pandemia
Aquellos meses de confinamiento en 2020 consiguieron que por fin hiciéramos caso de esas ideas que nos sobrevolaban. Queríamos ese cambio, no sólo nosotros, también nuestros dos hijos.
Esos días en que el mundo paró todos vimos qué es lo importante: la salud, el tiempo en familia, hablar con los amigos, estar al aire libre y en contacto con la naturaleza, los momentos de ocio…
Y germinó en nosotros la idea de que no se nos tenía que olvidar, en la rueda de la rutina, cuáles son las cosas que nos llenan y son verdaderamente imprescindibles.
Empieza la búsqueda
Y en ese empeño de no olvidar lo importante empezamos a concretar qué buscábamos y dónde realizar ese cambio en nuestras vidas. Es un trabajo de visualización, no en el futuro, sino ahora: cómo te imaginas viviendo, qué es lo que te gustaría hacer, cómo es lo que te rodea, quién te acompaña… Este ejercicio lo hicimos todos los miembros de nuestra familia. Pusimos en común nuestros ideales y llegamos a la conclusión de que vivir y trabajar en un pequeño camping aunaba los anhelos de todos nosotros.
Contacto constante con la naturaleza y vida al aire libre, posibilidad de tener animales, trato directo y cuidado con el cliente, trabajo más pausado y acorde a nuestras habilidades, un pueblo pequeño en el medio rural y un clima menos húmedo.
Siendo cómo éramos clientes de camping desde hacía muchos años procurábamos aguzar la vista en busca de la oportunidad, además de rastrear por internet todas las opciones posibles. Dos años sin encontrar nada desembocaron, cuando ya perdíamos la esperanza de lograrlo, en un anuncio de venta de un camping en Lumbrales, al noroeste de la provincia de Salamanca.
Quizá un poco más lejos de lo que nos gustaría pero teníamos que verlo. Quince días después ya éramos los nuevos propietarios
La oportunidad
Un camping pequeño, de los de siempre, cerca de un pueblo con todos los servicios básicos, en medio de la dehesa, junto a un río que en otoño nos mostró un entorno idílico, un lugar poco conocido pero con gran potencial… Estaba a nuestro alcance. Había llegado nuestra oportunidad y dimos el salto sin mirar atrás. Juntos, de la mano, nos lanzamos al agua.
El salto
Es ese momento en el que tomas la decisión de hacer un cambio importante en tu vida. Una vez que lo das asusta porque no sabes cuándo vas a estar de nuevo en tierra firme. Además, durante la caída, en ese tiempo en que estás en el aire, todavía ves lo que dejas atrás pero la fuerza de la gravedad te lleva a lo nuevo. Este salto para nosotros fue necesario hacerlo en equipo y que las personas de nuestro entorno entendieran nuestras ganas de saltar..
El proceso
Varios meses después nos instalamos a vivir en Lumbrales y tras diez meses de duro trabajo en el proyecto y muchas trabas burocráticas conseguimos inaugurar nuestro camping. Así explicado parece fácil, pero hubo momentos complicados, en los que nos teníamos que recordar qué nos había llevado a ese lugar y ese momento. Y volvíamos a sacar fuerzas para dar el siguiente paso.
En este proceso ha habido quienes, con curiosidad, se preguntaban qué nos traía a vivir al campo; otras, personas acogedoras con enormes ganas de ayudar y hacer que su pueblo crezca, siempre estaban dispuestas a ayudar.
Nuestro proyecto fue seleccionado para participar en la IV edición de Holapueblo, la plataforma (promovida por Alma Natura, Redeia e Ikea) cuyo propósito es conectar a personas emprendedoras con pueblos que buscan nuevos habitantes. Este hecho impulsó las bases de nuestro emprendimiento, haciéndolas más realistas pero también más ambiciosas. Por una parte, gracias a la mentorización que imparten y por otra, al hacerte partícipe de una comunidad de personas con las que conectas porque todas buscan emprender en el medio rural.
Nuestra vida en el campo
Sólo nos hemos desplazado 500 kilómetros. No es ninguna hazaña. Pero nuestra vida ha cambiado en mil aspectos. Vivimos con menos, pero con más consciencia, más lento, sin mirar constantemente el reloj, en silencio y con risas. Hablamos con el paisano, hacemos amistades, conocemos tradiciones, descubrimos paisajes y diferentes miradas. En definitiva: nos acostumbramos, es decir, nos involucramos en sus costumbres dejando las nuestras atrás.
¿Qué nos preguntan quienes conocen nuestro recorrido?
¿Volveríais atrás? Nunca sabes lo que puede deparar la vida, pero no lo consideramos una opción en este momento vital.
¿Miráis hacia atrás? Por supuesto, así vemos cuánto camino hemos recorrido; además, todo camino es un aprendizaje.
¿Qué tal se han adaptado vuestro hijos? Perfectamente, puesto que el nuestro es un proyecto familiar que se ha llevado a cabo contando con la opinión de todos los miembros en todo momento. O todos o ninguno, sino no podría salir bien.
Odio mi trabajo, me encantaría hacer lo que habéis hecho vosotros pero no me atrevo, ¿cómo lo hago? Mira si hay agua en la piscina, si es así, ¡salta!
Qué enseñanzas hemos adquirido en el proceso
- Rodéate de personas que te apoyen aunque no comportan tu ideal.
- Busca proyectos de repoblación a los que puedas unirte. Muchos pueblos buscan gente. Emprende o busca un empleo en el mundo rural.
- Busca ayudas, subvenciones, cursos gratuitos, asiste a talleres. Fórmate.
- Aquello que funciona en la ciudad no tiene por qué funcionar en un pueblo.
- Respeta tradiciones, formas de vivir, aprende y si algo puede mejorar ayuda a cambiarlo.
- Asóciate, busca gente con tus mismas inquietudes y crecerás.
- No idealices la vida en el pueblo.
- Para. Respira. Recuérdate todo lo que has hecho y por qué lo has hecho. Vive, esto es lo que querías.
¿Y ahora qué?
Todo este aprendizaje queremos volcarlo en ayudar a través del grupo de repoblación de Lumbrales, compuesto por personas con el objetivo común de atraer a nuevos pobladores al medio rural. Dando a conocer una tierra acogedora y rica en patrimonio material e inmaterial. Ofreciendo nuestra visión y experiencia a todos los que se interesen por trasladarse a vivir desde el asfalto a la España que se vacía.